Enfermedades de la piel más comúnes
Algunas de las enfermedades de la piel más comunes son causadas por infecciones, y otras son el resultado de factores genéticos combinados con factores ambientales. En este artículo, veremos algunos ejemplos de enfermedades de la piel causadas por diferentes factores, que describen sus síntomas, el tratamiento y cómo prevenirlos.
Piel y dermatología
Lla piel es el órgano más grande del cuerpo humano, y está formada por tres capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis. La piel realiza varias funciones, entre las que podemos destacar su papel como barrera protectora, defendiendo nuestro cuerpo de las agresiones de agentes externos como virus y bacterias.
Esta capacidad protectora puede verse afectada si un elemento causa inflamación o irritación de la piel. La dermatología es la disciplina que cubre el estudio, la prevención y el tratamiento de las diversas patologías que afectan a la piel, así como la mejor manera de cuidar una piel sana. Las patologías que afectan a la piel pueden ir desde enfermedades primarias de la piel hasta enfermedades sistémicas cuyos síntomas se manifiestan a través de la piel. La mayoría de las enfermedades de la piel no son graves. Sin embargo, a menudo conducen a síntomas molestos que también pueden influir en el estado de ánimo del paciente, ya que la mayoría de ellos suelen ser visibles.
7 enfermedades comunes de la piel y su origen
El origen de las enfermedades de la piel puede ser muy diverso. Algunos son el resultado de infecciones fúngicas o virales, mientras que otros involucran factores ambientales y genéticos o incluso pueden ser causados por problemas inmunológicos.
A continuación, echemos un vistazo a algunas de las enfermedades de la piel más comunes, incluida una que ha ido en aumento preocupante en los últimos años: el melanoma, que es un tipo de cáncer de piel.
Vitiligo
El vitiligo se caracteriza por la aparición de manchas blancas de diferentes tamaños en diferentes partes del cuerpo, principalmente en las que están más expuestas al sol, como las manos, los brazos, la cara y los pies. Estos parches tienen bordes bien definidos y a veces tienen un aspecto más oscuro o más rojizo. Además, el vitiligo a menudo conduce a la aparición temprana de canas, especialmente en las áreas afectadas por los parches.
La enfermedad se produce como resultado de la destrucción o el funcionamiento inadecuado de los melanocitos, las células que producen melanina (un pigmento que determina el color del cabello y la piel). Aunque afecta a todos los tipos de piel, por lo tanto, es más notable en pieles de tonos oscuros.
No es contagioso ni tiene un pronóstico grave; sin embargo, aumenta la susceptibilidad a las quemaduras solares o al cáncer de piel, entre otras complicaciones. La piel afectada por el vitiligo rara vez recupera su color, y la falta de pigmentación tiende a extenderse a otras partes del cuerpo.
Una vez que se diagnostica el vitiligo, se pueden proponer tratamientos para reequilibrar el tono de la piel, que incluyen:
- Despigmentación de áreas no afectadas.
- Medicamentos con cremas de esteroides.
- Activación de melanocitos por exposición a los rayos UVA.
- Cirugía.
La causa de la enfermedad aún se desconoce, aunque muchos estudios indican que una combinación de componentes genéticos y ambientales puede ser responsable.
Específicamente, la investigación sugiere que el vitiligo tiene un patrón de herencia poligénica, es decir, múltiples alelos contribuyen al riesgo genético de la enfermedad.
La relación entre la genética y el desarrollo del vitiligo se ha sospechado durante mucho tiempo, ya que los familiares de primer grado de las personas con vitiligo tienen una mayor incidencia de vitiligo que la población general. En particular, los hermanos de las personas afectadas tienen una prevalencia del 6 %, que aumenta al 23 % en el caso de los gemelos.
Con respecto a los factores ambientales, se ha observado que la exposición a varios productos químicos, como los compuestos fenólicos, altera la síntesis de melanina y, por lo tanto, puede desencadenar el vitiligo.
Acné
El acné es la enfermedad de la piel más común y conocida. Tiene una prevalencia del 80 % en personas de entre 11 y 30 años de edad, aunque su incidencia máxima se alcanza en mujeres de entre 14 y 17 años de edad y en hombres de entre 16 y 19 años.
En general, independientemente de su gravedad, el acné generalmente se remite espontáneamente entre las edades de 20 y 25 años, aunque algunas mujeres lo sufren después de los 40 años.
La enfermedad se caracteriza por la aparición, generalmente en la cara, de comedones (puntos llenos de sebo) que pueden romperse e infectarse, convirtiéndose en pústulas o incluso formando quistes.
El acné se produce porque los folículos pilosos se obstruyen con células muertas de la piel, bacterias o sebo seco que se acumula y bloquea el camino del sebo que necesita llegar a la superficie de la piel, saliendo de los poros.
Dependiendo del daño a la piel y del número de manchas presentes, el acné puede ser leve, moderado o grave.
Es una enfermedad multifactorial, es decir, es causada por la intervención de varios factores, incluidos los genéticos y el medio ambiente.
Varios estudios han demostrado recientemente que el acné puede ser heredado. Investigaciones recientes del instituto de dermatología del King’s College y genetistas de la misma universidad encontraron 15 variantes genéticas relacionadas con el acné que influyeron en la forma de los folículos pilosos, haciéndolos más susceptibles a la inflamación bacteriana.
El desencadenante del acné se encuentra generalmente en los cambios hormonales de la pubertad, en particular un aumento de los andrógenos, que causa la estimulación de las glándulas sebáceas.
Aunque suele desaparecer espontáneamente, un dermatólogo puede recomendar tratamientos para aliviar la aparición de acné.
Cáncer de piel
Este tipo de cáncer surge cuando las células anormales de la piel crecen sin control, debido al daño en el ADN causado principalmente por la radiación ultravioleta.
Aunque es más común en áreas del cuerpo que generalmente están expuestas al sol, como la cara, el cuello, el pecho, los brazos y las piernas, también puede ocurrir en áreas que normalmente no están expuestas, como las palmas de las manos o debajo de las uñas.
Entre los diferentes tipos de cáncer de piel, el melanoma es el más peligroso, ya que en sus etapas avanzadas puede propagarse a los órganos internos y, por lo tanto, poner en riesgo la vida de la persona.
Por lo general, es curable si se detecta temprano, por lo que es importante prestar mucha atención a sus manifestaciones iniciales, incluyendo:
- Grandes manchas marrones con manchas oscuras más pequeñas.
- Lunares que cambian de tamaño o color, o sangran.
- Pequeñas lesiones con bordes irregulares y partes rojizas, blancas o azuladas.
- Lunares o lesiones que pican o arden.
- Lesiones oscuras en las palmas de las manos, las plantas de los pies o las membranas mucosas de la boca, la nariz, la vagina o el ano.
El número de casos de melanoma se ha triplicado en los últimos 20 años. La proliferación de actividades al aire libre y salones de bronceado son algunas de las razones que se consideran que explican este gran aumento.
El principal tratamiento para este tipo de cáncer de piel es la cirugía para eliminar el tejido dañado. Si el cáncer está avanzado, se utiliza quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia para frenar la progresión de la enfermedad.
Los factores ambientales y genéticos están involucrados en el desarrollo de esta enfermedad. En aproximadamente el 10 % de los casos, el melanoma ocurre en varios miembros de la misma familia. Estos casos familiares suelen deberse a cambios genéticos hereditarios que aumentan el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. Hoy en día, se conocen varios genes asociados con el melanoma, aunque los más bien documentados son CDKN2A y MC1R.
En cuanto a los factores ambientales, destaca la exposición intensa al sol. Por esta razón, debemos ser conscientes de la importancia de usar protección, especialmente en la cara, durante todo el año, como hemos explicado en el post. La importancia de usar protector solar durante todo el año.
Pie de atleta
Esta enfermedad de la piel es una infección causada por un hongo, y generalmente comienza entre los dedos de los pies. La enfermedad se caracteriza por erupciones que pueden ir acompañadas de picazón y ardor y pueden causar descamación.
El pie de atleta es muy contagioso, ya que puede propagarse fácilmente a otras partes del cuerpo de la persona afectada o a otras personas a través del contacto con la parte infectada o compartiendo toallas, por ejemplo.
El hongo que causa el pie de atleta es el mismo que causa la tiña. Es un microorganismo que prolifera en ambientes húmedos y cálidos. Es por eso que el riesgo de contraer esta enfermedad de la piel aumenta con comportamientos como:
- Usar regularmente calcetines y zapatos mojados o muy ajustados.
- Compartir zapatos, ropa de cama o colchonetas con alguien que tenga la infección.
- Caminar descalzo en lugares públicos donde las condiciones favorecen el desarrollo del hongo, como saunas, vestuarios, piscinas o duchas compartidas.
El pie de atleta se trata con cremas antifúngicas, que eliminan el hongo.
Verrugas
Las verrugas son prominencias epidérmicas benignas que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque son más comunes en los dedos y las manos.
Por lo general, son asintomáticos, aunque a veces pueden causar dolor leve, y aunque por lo general desaparecen por sí solos después de un par de años, también se pueden erradicar antes con tratamientos como la aplicación de medicamentos que contienen ácido salicílico, o la crioterapia, que consiste en aplicar nitrógeno líquido a la verruga.
Las verrugas son causadas por algunos tipos de virus del papiloma humano, de los cuales hay más de 150 tipos.
Los virus que causan verrugas pueden propagarse por contacto con la piel o por compartir objetos.
Debido a que es una infección, cada persona responde de manera diferente dependiendo de su sistema inmunológico, por lo que los niños pequeños o las personas con sistemas inmunitarios debilitados (como las personas con SIDA o los pacientes trasplantados) son más vulnerables.
Psoriasis
La psoriasis es causada por una aceleración del ciclo de vida de las células de la piel que hace que se acumulen en la superficie de la piel, lo que resulta en escamas y parches rojizos que causan picazón e incluso dolor.
Los síntomas varían en cada persona, pero los más comunes son:
- Manchas rojas en la piel cubiertas de escamas.
- Piel seca y agrietada que incluso puede sangrar.
- Picazón, ardor y dolor.
- Uñas más gruesas de lo normal y agrietadas.
- Articulaciones hinchadas.
La psoriasis generalmente implica daños en la piel (cortes, quemaduras, etc.) que desencadenan el brote que puede durar semanas o meses y luego disminuir en gravedad, aunque vuelven a ocurrir después de un tiempo, ya que se trata de una enfermedad crónica. El objetivo principal del tratamiento es controlar los síntomas, que tiene tres enfoques:
- Ical: cremas, que generalmente contienen corticosteroides, que se aplican en casos leves de psoriasis.
- Fototerapia: se basa en la radiación con luz ultravioleta, ya sea natural o artificial.
- Los medicamentos sistémicos, como los retinoides, se utilizan en casos más graves de psoriasis o cuando la psoriasis es resistente a otros tratamientos.
La psoriasis es multifactorial, ya que están involucrados factores genéticos y ambientales.
Se ha demostrado que tener padres con psoriasis aumenta el riesgo de contraer psoriasis. En un metanálisis que comparó las variaciones genéticas en 39 000 participantes, se identificaron 16 marcadores asociados con la psoriasis.
Los factores ambientales que aumentan la probabilidad de psoriasis incluyen un sistema inmunológico debilitado, altos niveles de estrés, obesidad o tabaquismo.
Como puedes ver, muchas enfermedades de la piel, incluido el melanoma, están asociadas con un riesgo genético. Los avances en la investigación genética de este tipo de afección permitirán el desarrollo de una medicina personalizada que dará como resultado métodos de diagnóstico y tratamientos más precisos. En zogen fomentamos la prevención para cuidar su salud con el fin de lograr un bienestar completo y prevenir estas y otras condiciones. No dudes en ponerte en contacto con nosotros para obtener más información.
¿Qué puedo hacer para cuidar mi piel de manera preventiva?
El primer paso antes de comprar cualquier crema o recibir un tratamiento es entender cuáles son las necesidades reales de tu piel. En tu ADN podemos detectar muchas de estas necesidades, por lo que podrás elegir el programa de cuidado de la piel más adecuado para ti. Nuestro test de ADN para el cuidado de la piel es una gran ayuda para ti y para los profesionales dermatólogos.
A partir de una simple muestra de saliva, analizamos tu ADN, que influye en determinados aspectos de tu piel, como tu sensibilidad al sol, tu facilidad para el bronceado o tu tendencia al fotoenvejecimiento, entre otros muchos rasgos. Ya que la piel de cada persona es diferente, conocer todos estos datos te ayudará a tener un cuidado óptimo de tu piel.
Visita nuestra tienda en linea para solicitar tu prueba.