La mejor dieta para tu salud también depende de tu genética

La mejor dieta para tu salud también depende de tu genética. ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas que llevan una dieta rica en grasas e hidratos de carbono nunca engordan? Pues bien, la respuesta parece estar en nuestros genes y en cómo estos interactúan con factores ambientales como la alimentación. Los alimentos que ingerimos dan señales metabólicas complejas, y estas se procesan en nuestro organismo de acuerdo con nuestra composición genética. Como puedes ver, la salud y la nutrición están aún más estrechamente relacionadas de lo que pensábamos. Por ello, si queremos disfrutar de la primera, es muy importante que nuestra dieta se adapte a nuestras necesidades.

¿Cómo influye la alimentación en la salud?

Hipócrates ya decía en el siglo V a.C. “Que tu alimento sea tu medicina”. La buena salud viene determinada, en parte, por una alimentación adecuada. Es cierto que también influyen factores hereditarios y ambientales, pero está demostrado que la dieta es clave para la prevención de determinadas patologías. Así, existen los llamados alimentos “funcionales” que, gracias a sus componentes, reducen el riesgo de padecer determinadas enfermedades. Por ejemplo, los tomates, que contienen licopeno capaz de reducir la probabilidad de padecer cáncer de próstata, o las uvas rojas, cuyo resveratrol tiene efectos antioxidantes y antitumorales. Otros ejemplos de cómo alimentación y salud van de la mano los encontramos en la preciada dieta mediterránea, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, o en la dieta de los habitantes de la isla japonesa de Okinawa, considerados las personas más longevas y sanas del planeta.

¿Cómo puedes mejorar tu salud a través de la dieta?

Mejorar tu salud y reducir el riesgo de padecer determinadas enfermedades está en tus manos, y es algo relativamente sencillo que tiene que ver con cambiar ciertos hábitos alimentarios. ¿Sabías que, además, los efectos de una dieta saludable se pueden potenciar seleccionando aquellos alimentos que más te convengan según tu información genética? Esto se debe a que los alimentos que ingerimos son procesados ​​por nuestro organismo según nuestros genes. Por tanto, si conoces tu información genética, podrás o bien incluir o bien eliminar alimentos concretos. De esta forma contribuirás activamente a prevenir patologías a las que eres propenso, como la celiaquía, la hipercolesterolemia o determinadas intolerancias.

Éste es precisamente el campo de estudio de dos disciplinas científicas: la nutrigenética y la nutrigenómica.

Nutrigenómica y nutrigenética: diferencias

Es habitual utilizarlos indistintamente, por eso queremos aclarar que, aunque están relacionados entre sí, no son lo mismo. La nutrigenómica estudia cómo interactúan los componentes de los alimentos y los nutrientes e incluso modulan el material genético. Es decir, el efecto que tienen los componentes de nuestra dieta sobre el genoma humano. En pocas palabras, la nutrigenómica trata de responder a la pregunta: ¿Qué le ocurre a nuestro cuerpo cuando comemos un determinado alimento? 

La nutrigenética, por su parte, estudia las diferentes respuestas a los mismos nutrientes en función de las variaciones genéticas. Es decir, tiene en cuenta la constitución genética de cada individuo y, en función de ella, determina la probabilidad de desarrollar una determinada enfermedad. Así, la nutrigenética adapta las recomendaciones dietéticas universales al individuo, teniendo en cuenta la tipología genética de cada persona.

Gracias a la nutrigenética, es posible recomendar dietas que reduzcan el riesgo de padecer enfermedades a las que se está más predispuesto.

Finalmente, la disciplina que engloba tanto la nutrigenética como la nutrigenómica se denomina genómica nutricional.

¿Qué podemos conseguir gracias a la nutrigenómica y la nutrigenética?

La salud y la nutrición son el ámbito de desarrollo de la nutrigenética y la nutrigenómica, dos caras de una misma moneda, gracias a las cuales podemos conseguir grandes beneficios.

Como ya hemos explicado anteriormente, los factores ambientales modifican la expresión genética, y la nutrición, a la que estamos expuestos varias veces al día, es la única que podemos controlar por completo a lo largo de nuestra vida (nutrigenómica). Si además adaptamos nuestra alimentación a la predisposición genética de cada persona o, lo que es lo mismo, seguimos una dieta a medida de nuestros genes (nutrigenética), actuaremos en dos direcciones, por un lado reaccionando ante enfermedades o déficits que ya padecemos, y por otro anticipándonos y previniendo la aparición de determinadas patologías.

Genética y nutrición personalizada

Además de variables como la edad, las necesidades nutricionales de cada persona dependen también de su constitución genética, lo que genera diferencias en el funcionamiento del metabolismo. La nutrición personalizada es uno de los objetivos de la nutrigenómica y la nutrigenética para prevenir y tratar determinadas enfermedades mediante dietas individualizadas.

Hoy en día es posible realizar análisis genéticos precisos y, en función de los resultados, recomendar una dieta específica para prevenir o paliar patologías. La genética vincula estrechamente la nutrición y la salud. Ahora puedes solicitar en México tu prueba Nutrición y Deporte de zogen, con la cual puedes obtener una dieta y entrenamientos personalizados, con ayuda de nuestros especialistas.

Veamos un ejemplo: las personas con la variante TT del gen TCF712 tienen más probabilidades de sufrir un ictus. Una dieta basada en la dieta mediterránea es capaz de reducir este riesgo.

Algo similar ocurre con la sal y su relación con la presión arterial, pues, dependiendo de sus genes, no todas las personas tienen la misma respuesta.

De la misma manera, la leche puede ser perfectamente digerida o ser mala para la salud, dependiendo de ciertos factores genéticos de cada individuo.

Genética y factores externos: interacción de la dieta y la genética

Con una dieta adecuada podemos conseguir controlar los factores de riesgo a los que estamos especialmente predispuestos o, por el contrario, podemos saber que gracias a determinados factores genéticos que actúan como protectores en determinadas zonas podemos permitirnos ciertas licencias nutricionales, como ocurre por ejemplo cuando tenemos una mutación protectora relacionada con una mayor producción de colesterol “bueno” HDL.

Conclusión

Como podemos comprobar, la genética es la base de la medicina personalizada y por tanto la forma más eficaz de trabajar el cuidado de la salud desde cualquier perspectiva. Una de ellas es la nutrición, gracias a la cual podemos controlar factores de riesgo a los que tenemos una predisposición especial o, por el contrario, permitirnos ciertas licencias y vivir menos preocupados gracias a los factores protectores.

Si quieres cuidar de tu salud, tienes la mejor herramienta: la alimentación. Es accesible y tienes control total sobre ella. Modificando algunos hábitos puedes lograr resultados notables. Esperamos que este post te haya resultado interesante. Si tienes alguna duda o quieres ser proactiva con tu salud y nutrición, no dudes en contactarnos.

Fuente: https://www.veritasint.com/blog/en/the-best-diet-also-depends-on-your-genetics/